Ergonomía trabajando en la oficina
Anna
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Los que trabajamos en oficina ya lo sabemos: rápidamente comenzamos a sentir molestias físicas. Frecuentemente experimentamos tensión en el cuello y los hombros, así como también dolores de espalda. Pero existen más riesgos de los que quizá no estamos conscientes, por ejemplo, enfermedades cardiovasculares, diabetes, fatiga ocular, várices, enfermedades óseas y musculares.
Teniendo en cuenta estos peligros, muchas personas estiman necesario incorporar más movimiento en su vida diaria, incluso en el lugar de trabajo. Por eso he reunido algunos consejos para ayudarte a aliviar dichas molestias y, al mismo tiempo, tener un estilo de vida más saludable. Con los accesorios adecuados, una buena postura y los ejercicios correctos, podrás notar una diferencia en poco tiempo.
Consejos para una buena postura al sentarse
- Siéntate erguido y mantén tu cabeza centrada en relación a tu espalda.
- Coloca los pies rectos sobre el suelo. Si eres una persona bajita, ayúdate de un reposapiés.
- Tus ojos deben estar a un brazo de distancia del monitor.
- Ajusta tu pantalla de modo que el borde superior quede a la altura de tu vista y no tengas que mirar hacia abajo.
- Tus muslos deben formar un ángulo de 90° a 100° con respecto a tu tronco.
- Tus codos deben estar a la altura del escritorio.
- Tus caderas deben estar ligeramente más arriba que tus rodillas. El ángulo debe superar los 90°.
- Apóyate bien en el respaldo de la silla para que tu espalda esté óptimamente sostenida.
- Relaja tus hombros.
- Utiliza el ratón lo más cerca posible del teclado para que tu brazo quede recto sobre el escritorio.
- No cruces las piernas.
Recomendaciones para disminuir riesgos y molestias a largo plazo
Traducido y editado por Rocío Viveros
- Levántate de tu asiento con regularidad, conversa con tus colegas o camina por el pasillo.
- Toma una pequeña pausa cada 50 minutos.
- Trabaja alternadamente sentado y de pie. Es importante cambiar de postura con regularidad, así como evitar estar de pie demasiado tiempo.
- Ejercítate durante las pausas o después del trabajo y muévete lo suficiente durante tu tiempo libre.
- Evita comer demasiados bocadillos durante el trabajo.
- Ajusta tu escritorio, silla y monitor a la altura adecuada.
- De ser posible, utiliza luz natural en lugar de artificial.
- Si tienes diferentes tareas, intenta alternarlas tan seguido como puedas.
- Utiliza recursos como un ratón ergonómico, reposamuñecas o una pelota de ejercicios para fortalecer los músculos de tu espalda.
- Ejercítate también regularmente en tu escritorio: mueve la cabeza y los hombros de manera circular y mira a lo lejos de vez en cuando.
Traducido y editado por Rocío Viveros