Beige y negro

Decorar en beige y negro: la reconciliación de dos clásicos

Si hace años se tachaba al color beige de soso, hoy tenemos una sorpresa para todos los amantes del interiorismo: ha vuelto y con más fuerza que nunca. Y, como no podía ser de otra manera, nosotros queremos enseñarte a sacarle más partido. Porque, combinado con el negro, inunda cualquier estancia de brillo y elegancia. Básicamente, la paleta del beige es una todoterreno que abarca desde tonos crema cercanos al blanco hasta los tostados similares a anaranjados y marrones, pasando por tonos grisáceos. Su gama cromática es sinónimo de calidez y aporta calma y armonía a habitaciones como el salón o el dormitorio, donde la tranquilidad y la comodidad priman por encima de todo. Ya sea en muebles o accesorios, el beige es un acierto seguro. Contrastarlo con el negro es el siguiente paso. ¿Te atreves con ello?

Los colores oscuros como el negro acentúan la luminosidad del beige y lo convierten en el protagonista de cualquier estancia. Puedes optar por jugar con los tonos beige del sofá y añadir una lámpara negra o una mesa auxiliar negra para marcar un estilo industrial en el salón. Si quieres dar una calurosa bienvenida a tus invitados en un pasillo de paredes beige, no pueden faltarte un perchero, zapatero o consola de color negro en el recibidor. Si prefieres llevar este estilo coqueto a tu dormitorio, puedes recurrir a muebles de madera clara para reunir ambos colores. Imagínate una habitación con suelo de parqué, una cama con edredón beige y una cómoda y mesita de noche de madera sobre las que descansan portavelas o marcos de foto negros. O simplemente decora la pared con un cuadro enmarcado en negro y ya estarás marcando la diferencia. Ayúdate también de alfombras, taburetes y complementos como mantas y cojines para conseguir este efecto. Cuando se trata de crear un ambiente cálido y acogedor, ¡no hay límites! Nuestras propuestas lo dicen todo.
Por Beatriz Gamas González