Color dorado

Marie

Reírse como estilo de vida: Cuando Marie no está trabajando en nuevos contenidos, pasa su tiempo con amigos tomándose un vino, jugando a las cartas o viendo series. Después de graduarse en Economía, decidió sumergirse en el mundo del marketing y el e-commerce para poder dar rienda suelta a su creatividad. Su secreto para estar siempre de buen humor: cuidar el interiorismo con decoración bonita.

Nos encanta el dorado. Es el clásico que nunca falla, sinónimo del lujo y la elegancia. Un color que nos atrae, un tono que nos cautiva. Y, para utilizarlo en el mundo del interiorismo, hay una serie de trucos infalibles que seguro que estás deseando descubrir. Porque, quien dice dorado, dice oro, ¿y quién despega la mirada de semejante joya?

¿Cómo decorar en dorado sin pasarse? ¿Qué combina con el color dorado? ¿Cómo mezclar dorado con plateado? Tenemos la respuesta a esta y muchas otras preguntas para que tu hogar brille con luz propia. Descubre las ideas que te tenemos preparadas en Relaxdays y deja que te inspiremos.

Está más que demostrado: el “brilli brilli” triunfa más allá de las fiestas navideñas. El efecto golden puede dotar a cualquier cuarto de glamur y calidez durante todo el año. Inunda de reflejos y luminosidad los ambientes y da un toque acogedor y al mismo tiempo sofisticado a cualquier estancia.
Ahora bien, decorar en dorado también tiene sus riesgos si el color no se utiliza en las proporciones adecuadas. No se trata de transformar la casa en el palacio de Versalles o de darla un aire teatral. Los tonos dorados han de usarse con cautela para no recargar las habitaciones. Para conseguir el deseado toque elegante, hay que mantener un concepto visual sobrio y evitar los excesos. Para conseguirlo, ¿qué te parece empezar por introducir pequeños accesorios? Marcos dorados, espejos, relojes de pared o jarrones en este color son perfectos para adornar una consola o aparador en el hall. Pero también puedes dar ese toque exquisito a cualquier mueble de salón: un taburete o una mesa auxiliar con patas doradas quedarán de maravilla, al igual que una cómoda con tiradores de color oro. Si no, puedes apostar por incluir objetos dorados más grandes, como lámparas de pie, de techo o de mesa, esculturas o incluso un carrito de cocina dorado.

Es cierto que el dorado pega con todo, pero nosotros te chivamos el secreto definitivo para que aciertes de lleno en tus combinaciones. Si quieres conseguir una atmósfera glamurosa, puedes contrastar los destellos dorados con tonos fuertes como el púrpura, el azul marino, el verde oscuro o el negro en el cuarto de estar. Otras posibilidades son aunar el latón o tonos cobrizos con color rosa para dar un aspecto más delicado, o con gamas de grises para una mayor naturalidad. No obstante, la mezcla más atrevida de todas resulta con los plateados. Y, para lograr el preciado equilibrio de los dos metales, el truco está en alternarlos con las texturas adecuadas. El terciopelo, el mohair y la lana son los materiales estrella que añadirán, sin duda, toda la armonía que necesita tu hogar. En cambio, si buscas un aire más minimalista, puedes optar por incorporar dorados en una estancia bañada por el blanco: la amplitud estará garantizada. Así pues, en un ambiente refinado no puede faltar el color atemporal de la belleza y la sofisticación. ¿Te dejarás contagiar tú también por la fiebre del oro? Por Beatriz Gamas González